Durante años, la existencia ilegal de transgénicos en Bolivia ha sido un rumor persistente, sostenido por testimonios de productores, reportes parciales y denuncias aisladas. Ante este vacío, la Fundación TIERRA realizó una investigación y presentará el libro: “Maíz transgénico en Santa Cruz. Evidencias y futuro del agro cruceño”, que revela datos puntuales sobre la presencia de maíz genéticamente modificado (GM) en los campos cruceños.

El evento —que es de ingreso libre— se realizará el próximo jueves 30 de octubre en el salón Martín Cortez, del hotel Cortez, de la ciudad de Santa Cruz, a horas 18.00. Esta nueva investigación —que fue desarrollada con el apoyo de Misereor y Pan Para el Mundo— básicamente transforma la sospecha en evidencia y confirma que la siembra de maíz GM es una práctica generalizada, pese a que la legislación nacional boliviana la prohíbe expresamente.
El estudio analizó 251 muestras de maíz recolectadas en seis zonas agrícolas del departamento de Santa Cruz, aplicando pruebas rápidas de detección genética. Los resultados son contundentes y confirman que la frontera agrícola nacional se encuentra comprometida por el uso ilegal de “biotecnología”.
El estudio fue desarrollado por un equipo multidisciplinario de la Fundación TIERRA, conformado por investigadores en temas agroambientales, especialistas en análisis geo espacial y técnicos de campo. Asimismo, se contó con el apoyo de 11 facilitadores locales responsables de la recolección de muestras y la georreferenciación en las seis zonas productoras.
La fase de análisis de las muestras y aplicación de los test de detección (tiras cromatográficas) se llevó a cabo en el Laboratorio de la Facultad de Agronomía de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), donde profesionales especializados participaron en la aplicación, la interpretación de los resultados, asegurando la rigurosidad técnica del proceso.
El muestreo abarcó municipios clave como San Julián, Cuatro Cañadas, Cabezas, San Pedro, Concepción y San Ignacio de Velasco, que en conjunto representan el 80% de la producción maicera cruceña.
Además de evidenciar la magnitud del problema, el informe analiza sus causas estructurales: la presión de plagas, la falta de control estatal, la importación irregular de semillas desde países vecinos y la expansión de un modelo agrícola basado en el monocultivo y los agroquímicos.
“En tiempos marcados por la crisis climática y la polarización política, esta investigación no pretende cerrar un debate, sino abrirlo. Llama a autoridades, productores, sociedad civil y comunidad científica a asumir la responsabilidad colectiva de construir un futuro agrícola que sea viable, justo y sostenible”, resalta el documento.